El segundo principio de la Validación nos recuerda que las personas mayores mal-orientadas o desorientadas deben de ser aceptadas tal como son: no tendríamos que intentar cambiarlas

Naomi Feil se apoya en la aceptación positiva incondicional de Carls Rogers para la elaboración de este principio, como también en la visión humanista del cliente elaborada por May, Maslow y Freud.

validacio fundacio fibs¿Cómo gestionamos en el día a día cuando una persona desorientada reacciona de manera agresiva al intentar ayudarla en la ducha?. Aceptamos que quizás no es el momento, o que hay algo que la incomoda o recurrimos a nuestro abanico de estrategias benevolentes para intentar cambiar su comportamiento y conseguir que se duche?.

Etiquetar y clasificar suelen ser métodos que nos dan cierta sensación de control. Por eso cuando nos encontramos ante una reacción tan humana como esta, a menudo nos guarecemos bajo la trampa de los trastornos del comportamiento. Desde la mirada de la Validación podemos modificar esta etiqueta y observar estas reacciones como comportamientos que nos trastornan. De este modo se cambia el foco y nos obliga a compartir la resolución del conflicto centrándolo en la relación.

Las personas podemos reaccionar de manera agresiva cuando nos sentimos en peligro. Para una persona mayor desorientada, que quizás no adquirió el hábito de ducharse diariamente, puede suponer un peligro que una persona a la que no reconoce la vea desnudada y vulnerable.

Para una persona cuidadora, que pone todo su esfuerzo y energía al hacer su trabajo, puede ser frustrante no conseguir el resultado esperado. Incluso podría ser también un peligro. «Si no consigo duchar a este señor quizás piensan que no hago bien mi trabajo…».

Todas estas hipótesis se pueden dar en nuestro día a día. La Validación no busca saber la verdad, sino acompañar a la persona en la vivencia de la emoción, sin intención de cambiar nada.

Gracias a una actitud empática y a la aceptación de la expresión de las emociones, incluso de aquellas que nos trastornan, podremos dejar el espacio necesario para que la persona desorientada, con sus propios recursos y con nuestro acompañamiento, encuentre una solución en la situación.

1️⃣ Primer Principio

3️⃣ Tercer Principio